El término lasaña procede de la palabra «lasagna» que se aplica indistintamente al plato o a la pasta en forma de láminas con la que se hace la lasaña. Según los expertos, sus orígenes están en la antigua Roma, incluso algunos ubican este manjar en la Grecia de la Antigüedad, aunque éste es un misterio que permanece sin resolver.
Lo que si es sabido por todos es que hoy en día esta receta es una de las más veneradas de la cocina tradicional boloñesa. Y no es para menos, ya que en muchos lugares del mundo la consideran una comida digna de reyes, de hecho, a Fernando II de Borbón, se le conocía por el sobrenombre de “Rey Lasaña”, por su inmoderada pasión por este plato.
En definitiva, la lasaña es una de esas elaboraciones con las que cualquier anfitrión puede estar tranquilo, puesto que gusta, por norma general, a todos. No obstante, hay tantos tipos de lasañas como puedas imaginar, pero sin duda, una de las más aclamadas es la lasaña de carne en la cual nos centraremos hoy.
Trucos y consejos para obtener la lasaña de carne perfecta
Sin duda, lo más importante y lo que convertirá a tu lasaña en plato de estrella Michelin son los ingredientes. Como siempre, os recomendamos utilizar materia prima de calidad diferenciada ya que ésta será la esencia de nuestro plato. Y si de lasaña de carne hablamos, no pueden faltar como ingredientes principales una buena pasta. En este caso, lasagna Garofalo, una de las mejores pastas de Italia y la carne Miguel Vergara Angus cuyo sabor sorprende a los paladares más exigentes por su jugosidad, la delicadeza de cada bocado y su excepcional sabor.
Pero no todo se reduce a los ingredientes utilizados, también es importante el modo de empleo de estos. Así, por ejemplo, uno de los errores más comunes de esta receta suele recaer en la elaboración de la bechamel la cual tiene que ser líquida, pero no en exceso. Debemos buscar que esté equilibrada para que nos permita extenderla con facilidad y que posea el punto justo de cremosidad de tal forma que esta capa aporte consistencia en el resultado final. En este sentido, es fundamental que nos tomemos el tiempo necesario para hacer bien el roux, la harina se debe mezclar bien con la mantequilla para que la bechamel no sepa a ella.
En cuanto a la pasta, para obtener el mejor sabor nuestra recomendación es cocer las placas de pasta y antes de utilizarlas dejarlas reposar sobre un paño de cocina para que absorba la humedad.
Una vez que tengamos todas las elaboraciones a punto es importante tener en cuenta el orden de en el que debemos montar nuestro plato para dotarlo de consistencia. Siendo éste el correcto:
- Primera capa, salsa bechamel. Nos permitirá “cimentar” la primera placa de pasta.
- Segunda capa, placas de pasta. Las hojas deben unirse entre sí, sin solaparse en exceso, a fin de crear un ajuste perfecto, sólido y uniforme.
- Tercera capa, salsa de carne. Ésta debemos cocinarla lentamente para que el sabor de la carne se mezcle con el de las verduras y se forme un todo homogéneo.
- Cuarta capa, queso rallado. Su sabor se hace necesario para darle un toque único a la pasta.
Una vez colocadas las cuatro primeras capas repetimos el proceso tantas veces como estimemos necesario. Equilibrar cuidadosamente la dosis de bechamel, salsa de carne y pasta es imprescindible para que ningún ingrediente destaque más que el resto. Como se suele decir, en la mesura esta la virtud.
Por último, otro de los errores más comunes se produce a la hora del cocinado. La lasaña siempre debe estar cubierta para que no quede seca y solamente en los últimos minutos la descubriremos para que se dore. Si tienes una fuente con tapadera, eso será perfecto, pero si no la tienes, no hay problema, puedes utilizar papel de plata/aluminio.
La auténtica receta italiana
La receta que te proponemos hoy es muy fácil y sacada de La cuchara de plata (Phaidon), uno de los libros de referencia para conocer a fondo la gastronomía itálica. Como ya sabes, la lasaña se presta a muchas variantes y una vez dominada esta técnica puedes preparar una deliciosa lasaña vegetal, de pescado o de marisco.
Ingredientes – 6 personas –
- 12 láminas de lasaña
- 70 gramos de parmesano rallado
- Mantequilla
Para el relleno:
- 300 gramos de carne picada Miguel Vergara Angus.
- 1/2 vaso de vino blanco
- 250 gramos de tomate entero pelado de lata
- 1 zanahoria
- 1 cebolla
- Aceite de oliva
- Sal
- Pimienta
Para la bechamel:
- 50 gramos de mantequilla
- 50 gramos de harina
- 1/2 litro de leche
- Sal
- Pimienta
Elaboración
1. En una cacerola calienta tres cucharadas de aceite de oliva y añade la zanahoria y la cebolla bien picadas. Cuando la cebolla esté bien dorada, añade la carne y deja que también se dore. Entonces echa el vaso de vino y deja que se evapore. Tras esto, añade los tomates de lata cortados en dados y sin pepitas (en verano pueden usarse buenos tomates maduros) y deja cocer la salsa durante media hora, salpimentando al gusto.
2. Mientras se cuece la salsa boloñesa puedes hacer la bechamel. En una sartén derrite la mantequilla y añade la harina. Sin parar de remover en ningún momento ve añadiendo leche caliente hasta que la salsa comience a hervir. Añade la sal, reduce el calor al mínimo y cocina durante unos veinte minutos, en los que debes estar encima removiendo para que no se formen grumos. Sazona con una pizca de pimienta.
3. Hierve la pasta en agua hirviendo con sal y ve colocando las láminas sobre un trapo. Es muy importante que no se toquen, pues se pegarán entre ellas.
4. Ahora llega el momento de montar la lasaña. En una fuente apta para el horno unta la base de mantequilla y cúbrela con una primera capa de pasta. Añade una capa de salsa boloñesa, otra de bechamel, espolvorea queso rallado, pon un poco de mantequilla y otra capa de pasta. Continúa con la operación hasta que utilices todos los ingredientes, pero corona la lasaña con una capa de carne, bechamel y queso (no con la pasta, como suele ser habitual).
5. Introduce la lasaña en el horno y cocínala a 180 grados durante media hora. ¡Y listo!
La lasaña de carne se toma como plato único ya que es completa y llena mucho. No obstante, puedes acompañarla de una ensalada mixta, por ejemplo, pero no de mucho más, para no perder ese gusto tan agradable que deja esta excelente elaboración. ‘Buon appetito’.